Me encantó la decoración tradicional de la casa, con muebles antiguos y detalles encantadores que le daban un ambiente acogedor. Las áreas comunes estaban muy bien cuidadas y tenían asientos cómodos, perfectos para descansar y socializar. Además, me alegró mucho que el hotel fuera accesible para personas mayores, ya que había rampas y pasillos amplios que facilitaban el movimiento sin dificultades.

La única cosa que pediría para unas mejores vacaciones para personas mayores es que el personal del hotel estuviera más presente y dispuesto a ayudar. En algunas ocasiones, me habría gustado tener la asistencia de alguien para llevar el equipaje o brindar recomendaciones sobre los lugares de interés cercanos.

Actividades: Me encantó estar en un área donde pude disfrutar de actividades al aire libre como senderismo y ciclismo. Fue como estar en un parque de diversiones natural, ¡una verdadera aventura!

Camas: Las camas en la habitación no eran una cama de matrimonio como esperaba, sino dos camas individuales. Un pequeño inconveniente, ¡pero nada que arruinara mi estancia!